En chino, la palabra crisis consta de dos caractéres: wēijī (wei ji)’; el primero es crisis propiamente; el segundo es oportunidad. Van juntos, en sabia coyunda, sugiriendo que uno acompaña al otro; o más bien que uno da nacimiento al otro: de la crisis a la oportunidad.
La Argentina se mueve de crisis en crisis, con cada período respondiendo por los abusos del anterior. Lejos de la sabiduría oriental, cada una de nuestras crisis encarna un salto ornamental al pasado, un regresar al primer casillero en el juego de la Oca. Desde hace años, tal vez desde tiempos de Alvear, estamos en el laberinto del minotauro, sin poder encontrar el hilo de Ariadna. No podemos encontrar [...]