En chino, la palabra crisis consta de dos caractéres: wēijī (wei ji)’; el primero es crisis propiamente; el segundo es oportunidad. Van juntos, en sabia coyunda, sugiriendo que uno acompaña al otro; o más bien que uno da nacimiento al otro: de la crisis a la oportunidad.
La Argentina se mueve de crisis en crisis, con cada período respondiendo por los abusos del anterior. Lejos de la sabiduría oriental, cada una de nuestras crisis encarna un salto ornamental al pasado, un regresar al primer casillero en el juego de la Oca. Desde hace años, tal vez desde tiempos de Alvear, estamos en el laberinto del minotauro, sin poder encontrar el hilo de Ariadna. No podemos encontrar [...]
Así como existe una historia del derecho, la hay de la mirada. Es un transcurrir desde el retrato pictórico, que pasa por la fotografía tradicional y llega con la tecnología a lo que se ha dado en llamar selfie (anglicismo que refiere a “foto de uno mismo”).
Las implicancias del recorrido histórico son muchas. La mirada del pintor, que con todo el tiempo que confieren los colores y pinceles, puede retratar con astucia y detalle (más o menos benevolencia con el objeto pintado), a la del fotógrafo urgido por la necesidad de encontrar el trouvaille o lucky find que caracteriza una buena imagen; y de allí, al fenómeno de la selfie, en la que el ojo del fotógrafo es reemplazado por [...]
El Estado es uno; los poderes son tres. La división de Montesquieu define roles, pero no instaura compartimentos estancos. Especialmente entre los poderes políticos, debe existir un diálogo en la búsqueda de consensos para las políticas de Estado. La justicia, de su lado, ejerce el control, lo que no quiere decir que de la espalda: Astrea tiene los ojos vendados pero una balanza y una espada en cada mano, denotando el equilibrio que debe regir su accionar, de compromiso pleno con la realidad; no la ve, sino que lo que es mucho más poderoso, la siente.
El ritmo del sistema está marcado por la coexistencia de los movimientos de los tres poderes. Desde luego que hay líneas de [...]
Dicen que hay dos formas de entender la historia. Una la representa el mejor abogado de todos los tiempos, Cicerón, quién decía que es la maestra de la vida; un espacio donde inquirir a partir de la memoria, la más frágil y preciosa de las facultades humanas. Otra la encarna uno de los personajes de Shakespeare, para quién la historia es un cuento de un loco contado para idiotas; un sitio signado por la arbitrariedad y la arritmia.
Pareciera que ni uno ni otro tienen toda la razón. Desde ya que existe secuencia, cronología y concatenación de rupturas y posteriores conjunciones, de adónde se puede (y debe) aprender, visión sintetizada por el aforismo popular “el que no conoce [...]