Cumplimos dos años de gestión en la Procuración del Tesoro. Amerita un balance, una mirada introspectiva para entender la dimensión de los logros y establecer lo que está pendiente. Una institución tan longeva es una compleja mezcla entre tradición y futuro. Si desconoce su pasado, si da la espalda a su historia, pierde su razón de ser. Lo mismo si no mira hacia adelante, sino se proyecta, porque amputa la gravedad de su esencia.
La clave de bóveda es su gente. La PTN no es un ente mirífico; es un conjunto de personas las que la forman. Con sus anhelos, sus desafíos, sus frustraciones y sus sueños. Todos vectores que bien canalizados, potencian un organismo vivo con todas sus capacidades. El secreto es armonizar esas líneas invisibles.
Cuando alguien que no es de la administración pública llega a un lugar de responsabilidad en el Estado, suele hacerlo desde el preconcepto. Entre el desconocimiento de lo que enfrenta y la desconfianza que eso genera. Lo mismo del otro lado; la “línea” suele ver al advenedizo con ojo crítico. Pero cuando el advenedizo y la línea armonizan, cuando logran compartir objetivos, las partes confluyen al todo y lo mejor sale a la luz.
Eso es lo que con mucho orgullo se puede decir que está pasando en la Procuración del Tesoro luego de un bienio. Son dictámenes de peso en temas álgidos, que con practicidad destraban situaciones de otro modo sin destino; es la defensa comprometida e inteligente de los intereses del Estado Argentino en el exterior, que permite resultados insospechados aun ante la adversidad más marcada; es el control de los juicios de importancia institucional y económica, y el que reduce contingencias y permite identificar y resolver las causas de litigios más comunes; es pensar estratégicamente las defensas judiciales para proteger políticas de Estado, con la creatividad de litigantes que no se dan por vencidos, en el entendimiento que el proceso está lleno de oportunidades; es un régimen sancionatorio que asegura respuesta expeditas y evita los sumarios eternos en desmedro del derecho de defensa en juicio; es docencia, abriendo espacios de reflexión en los temas acuciantes para los abogados del Estado.
Todo esto en un marco de integración: entre las nuevas y las viejas generaciones, que generosamente tienden la mano para pasarle al futuro la posta del presente; y con todos los organismos, especialmente con el cuerpo de abogados del Estado, que son su alma mater, a través un vínculo desprovisto de excusas procesales y burocráticas.
Desde este sitio de equilibrio es que la PTN se proyecta al futuro, con un rol protagónico en tiempos vertiginosos y desafiantes. Comprendiendo el derecho como un puente para que las cosas pasen y no como un obstáculo. En definitiva, un orden jurídico al servicio de la sociedad.
Sólo queda dar las gracias: a la gente de la Procuración y al cuerpo de abogados del Estado, para que sigan dando todo por una Argentina mejor.