Un viejo artículo de Adela Cortina, sobre la ética de las profesiones, arenga que frente al “ethos burocrático” de quien se atiene al mínimo legal, se levante el «ethos profesional” de la excelencia, porque nuestro compromiso fundamental nos liga a las personas concretas, a las personas de carne y hueso, cuyo beneficio da sentido a cualquier actividad e institución social.
Aspirar a la excelencia, como abogados y servidores públicos, nos lleva a elevar la mirada al objetivo. Pero antes de emprender la cuesta, hay que otear al piso, para no tropezar en el primer paso. Tenemos que reconocer el punto de partida. Y hay hábitos que debemos cambiar. Hay conceptos que debemos [...]