por PTN-lado B28 febrero, 2018
Sindéresis y Lealtad

Una de las notas salientes del sistema republicano es el control. Cómo funciona y se ejercita es un termómetro de la salud de una democracia. Hay fiebre tanto ante su ausencia como frente a su exceso impostado. La pregunta, la gran pregunta, es cómo debe ejercitarse tanto desde un punto de vista institucional como político. La respuesta puede resumirse en dos palabras: lealtad (en su real sentido) y sindéresis.

No hay dudas de que quien gobierna debe hacerlo con sus ideas y criterio. Es la base de la alternancia del poder: el que gana las elecciones debe poder ejecutar su plan de gobierno en virtud del mandato que le ha sido conferido. Ante ello, el rol del control es imperativo, con el doble fin de verificar y advertir. Ahora bien, parafraseando a Félix Luna, los que lo ejercen deben evitar el denuncialismo fácil o explotar indebidamente los errores inevitables que cometa el gobierno, en tanto no se conviertan en tendencia. Esa es la lealtad, que obliga a mantenerse en el plano institucional y evitar recurrir a abusos de tangentes a las que Ortega y Gasset llamó acción directa, es decir, interrupciones del orden en nombre del interés general pero en defensa de particularismos.

A ella se suma la sindéresis. Este concepto, usado por los viejos moralistas, es sinónimo o casi sinónimo de juicio, cordura, moderación y prudencia. Mirado su significado con atención, es en todo caso un arte, que aplica no sólo al que controla sino también al que gobierna; en general, se podría decir que es un criterio que debería primar en cualquiera que toma decisiones por los otros, y sintetiza el ideal del buen gobierno.

Para algunos será naïve, ingenuo y hasta utópico. Lo cierto y concreto es que con dos ideas tan simples como complejas, podríamos acercarnos de a poco al ideal de un sistema institucional equilibrado, que nos permita de una vez por todas terminar con nuestro destino (evitable) de populismo autoritario (tan en boga en algunos países), para entrar en la senda de la democracia republicana como una alternativa real para solucionar los problemas de la gente.

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