por PTN-lado B13 noviembre, 2017
El no ya lo tenés

¿Por qué los abogados tenemos el no a flor de piel? Ante la duda suele ser el no, y a partir de la negativa empezamos a construir el camino crítico de la posibilidad. Pero la negativa precede y domina, de allí la fama que tenemos de obstáculo más que puente para la ocurrencia de las cosas.

Como casi todo, la respuesta la dan los griegos. Había allí dos grandes corrientes de pensamiento matemático. En una esquina Euclides funda la axiomática, que consiste en definir esencias para deducir a partir de ellas la realidad. Se trata de la categoría “teorema a demostrar”. En la otra esquina Arquímedes plantea una tesis opuesta: sostiene la categoría “problema a resolver”: no debe primar el teorema, sino que se debe partir siempre de un problema a resolver; es un pensamiento del tipo acontecimiento, más que un pensamiento esencia. Deducción contra inducción.

Con los siglos -especialmente en el siglo XX- primó Euclides en la enseñanza, la concepción teoremática sobre la problemática. Las escuelas de derecho no han sido la excepción. Los abogados recitamos los teoremas (las normas) de memoria, pero poco y nada de aprender a resolver problemas, en un tiempo caracterizado por la decadencia de los absolutos y atravesado por acontecimientos que mutan a velocidad de vértigo. Alguien dijo que entramos en el dominio del sinsentido: la estupidez es plantear problemas que no tienen sentido.

Arquímedes puede convivir con Euclides. No se trata de visiones antagónicas: los problemas no pueden ser resueltos sin las categorías de los teoremas, pero éstos no pueden funcionar sino gracias a gérmenes problemáticos que los alimentan. El secreto está en construir una relación fluida y de continuidad entre unos y otros. Para eso los abogados debiéramos hacer un esfuerzo por cambiar el modo de encarar los problemas, partiendo de un “sí” como respuesta. El no ya lo tenemos.

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